Cinco libros viajeros
- María Gómez Cabrera
- 28 jul 2016
- 5 Min. de lectura

¿No tiene nada por hacer mientras se encuentra en un viaje largo en avión? ¿quizás en tren? ¿Está en la playa tomando el sol y el color no te coge? Acá van cinco libros que le pueden servir para pasar el tiempo y enfrentarse a la aventura. Desde la India, pasando por Egipto, tocando los límites de Malasia con Singapur, todo desde su silla.
Es cierto que el alma del viajero le impide quedarse en el mismo lugar. La sed de experiencias, climas, idiomas, comidas y culturas, sin duda lo mantienen ansioso, pensando día y noche en cuál de los innumerables lugares que existen en el mundo puede ser el siguiente en soportar sus borracheras, sus desperdicios, selfies y por supuesto, su dinero . Sin embargo, una cosa es viajar y otra muy diferente es el deseo de hacerlo, pues no es tan fácil dejarlo todo y hay tiempos de quietud.
Así como soñar no cuesta nada, para leer tampoco se requiere de tanto efectivo. Por eso, para esos tiempos muertos en los que no se sale de una rutina, en los que la luz verde del semáforo ya no produce ningún tipo de alegría, en los que la gelatina de postre le recuerda la frialdad de la escuela y los empujones constantes en el trasporte público ya le parecen tan naturales como atarse los cordones de sus zapatos, es que he decidido elegir los siguientes libros, que pueden sacarlo de su estado de aburrición y pasearlo por lugares inexplorados. Si bien, las lecturas enumeradas a continuación no son guías de Lonely Planet, podrán convertirse en un escape y darán una perspectiva más real de lugares (ya sea a través de descripciones e historias insólitas) que ya ha visitado o en los que próximamente colocará sus pies.
Viajar. Ensayos sobre viajes
De Robert Louis Stevenson, diría que es uno de los clásicos de crónicas de viajes. El libro en el que el autor de La isla del tesoro revive sus experiencias en países como Reino Unido, Francia y Estados Unidos, dan al viajero una idea sobre aquellos lugares que solían recorrerse en el pasado en barcos y trenes que unían océanos, países y regiones. Pese a su estado de salud, en el que predominaban problemas pulmonares y hemorragias que desde niño le obligaron a escribir en una cama, Stevenson puede considerarse como un viajero bastante recorrido para su época.
En su libro, sin duda se hace un énfasis profundo en su adorado Edimburgo (lugar en el que nació) y emocionan los capítulos en los que narra la llegada a California por el Océano Pacífico y la travesía que desde allí emprendió en un tren atestado de chinos hasta llegar a Nueva York.
Estambul
Ideal para antes y después de viajar a Estambul. Escrito por el premio nobel de literatura Orhan Pamuk, el libro narra la infancia del escritor que cataloga a la ciudad como un lugar que en medio de Bósforo, el caos, en medio de los bazares, las mezquitas y sinagogas se enfrenta al dilema entre lo occidental y lo oriental. Así, cuenta Pamuk que de pequeño pensaba que al otro lado de la ciudad vivía un niño igual a él y que en esa lucha por descubrir quién era, también comprendía cómo un lugar puede llegar a configurar a sus gentes llenándolos de un sentimiento de amargura. Al principio el libro puede costar algo de trabajo, pero tras haber estado en Estambul y retomarlo de nuevo, es sencillo comprenderlo, es fácil ubicarse en aquella ciudad maravillosa y desear regresar.
La vuelta al mundo en 80 días
Ficción, ficción y más ficción. Sin embargo, algo por lo que las obras de Verne se caracterizan es por su gran contenido y estudio. El escritor inglés no escribía sin estar informado y en este libro en el que se dedica ampliamente sobre países asiáticos, el autor logra hacer un cuadro casi perfecto y muy convincente sobre sus culturas, gentes, tradiciones y distancias, que aún hoy en día subsisten, pese a que la obra fue publicada en 1873. La recomendación siempre va a ser leerlo con un mapa en la mano, para que de la compañía de Philias Fog y Picaporte, podamos recorrer el mundo pasando por lugares como Francia, Italia, Egipto, India, Singapur, Shanghái, Japón, Estados Unidos etc. El libro concentra su tensión en el objetivo de cumplir la apuesta de dar la vuelta al planeta tierra en 80 días, sin importar los obstáculos de última hora como peleas con indígenas norteamericanos, hindúes salvajes, efectos del opio y la detestable y mala compañía del detective Fix que pretende constantemente retrasar al viajero para encerrarlo en una cárcel por ser el supuesto ladrón de un banco. La vuelta al mundo en 80 días, es sin duda uno de esos libros que vale la pena leer ya sea en el trayecto de la escuela a la casa o en esas horas frías de escalas entre aeropuertos. Pone a volar la imaginación llevando al lector a destinos a los que se accede caminando, en elefante, en barco o tren.
Viajes con Heródoto
El reportero polaco Ryszard Kapuschiski emprende su primer viaje como corresponsal hacia India. Justo antes de su primera salida del país, la directora del medio para el que trabaja le regala Historia, el popular libro escrito por Heródoto. Desde ese momento, cada uno de los viajes que el reportero emprende por el mundo, en los que visita países como China, El Congo, Etiopia, Egipto, Irán, Sudán, Senegal, Kenia, Etiopia etc., los recorre de la mano del escritor griego que es considerado como el primer reportero de la historia. Así, el libro va desarrollándose entre capítulos que narran episodios de la historia antigua y las experiencias vividas por Kapuschiski en sus viajes, pues al fin y al cabo “gracias a esos otros mundos, nos comprendemos mejor a nosotros mismos, puesto que no podemos definir nuestra identidad hasta que no la confrontamos con otras”.
El ladrón de recuerdos
Ese país que ni los colombianos conocen es recorrido por el escritor inglés Michael Jacobs que después der haber visto por la ventana de su avión los recovecos del Río Magdalena, se enfrenta a un viaje por sus vertientes. Así, partiendo desde su desembocadura en la ciudad de Barranquilla, se dirige hasta su nacimiento en el Páramo de las papas. Por carretera y por agua, Jacobs se enfrenta no solo a las adversidades de la naturaleza y la naturaleza colombiana sino también a los recuerdos de su familia, a las memorias que se borran de la mente de su madre, una mujer que padece de Alzheimer.
Bien lo hizo el viajero, descubrió por el río las entrañas del país de García Márquez pues “si uno siempre opta por la opción segura, la vida lo deja atrás sin que sepa qué hizo de ella”.
Comments