Recuerdo de Mompox
- María Gómez Cabrera
- 24 jul 2017
- 4 Min. de lectura

Es de esos lugares mágicos y escondidos que tiene Colombia. Ubicado a la orilla del Río Magdalena, este pueblo aún esconde secretos, música y un sin número de historias que pasan a la historia, pero que permanecen vigentes hasta el sol de hoy entre muros caídos y chalupas.
Desde una vieja lancha con motor Johnson se abre el atardecer púrpura. Los ojos de los caimanes brillan como esmeraldas y algunas aves se posan en las copas de los árboles para pernoctar.
El calor se agota pero la humedad se mantiene, la tierra es bañada por el Río Magdalena, un cuerpo de agua viviente que en sus más de 1500 kilómetros recorre un 24% del territorio nacional Colombiano. El afluente nace en el páramo de la papas y desemboca en Barranquilla, por él algunas embarcaciones todavía navegan desde Honda hasta besar las aguas del mar Caribe. Pero así como el río trae fortuna al algunos, porque llena sus platos con pescado o porque sus aguas mojan tierras ganaderas, también aviva los rezos de aquellos que viven a su orillas, porque cuando sus aguas crecen inundan todo lo que hay a su rededor y los seres humanos dejan de caminar sobre sus pies, sacan sus canoas o nadan. Así sucede en Mompox, un lugar encerrado entre las aguas del Magdalena, entre las aguas de la Mojana, un lugar alejado del tiempo en donde las horas pasan despacio y el calor brota como si se levantara de la tierra.
Entonces tan pronto se llega a este lugar el viajero regresa a la colonia. Las calles estrechas del pueblo, su arquitectura y los artesanos que bajo la sombra y con el calor del fuego que produce un soldador pegan piezas diminutas de plata para crear un pendiente o una pulsera de filigrana, hacen parte del día a día de este lugar al que pocos llegan, pero del cual todos hablan. Y es que cada una de sus plazas, como lo son la Plaza de la Libertad (caracterizada porque en el centro hay una escultura de Simón Bolívar y justo al frente el Palacio de San Carlos) o la Plaza del Moral; cada una de sus iglesias como la de Santa Bárbara (caracterizada por el peculiar balcón de madera que se encuentra en su campanario), la de San Francisco (de color rojo y levantada por padres franciscanos), la iglesia Santo Domingo, la de la Inmaculada Concepción (ubicada al frente de la antigua Plaza de mercado) o el Convento de San Agustín, hacen de este un lugar pequeño pero atestado de recuerdos y de historia.
En cada paso que se camina por sus largas pero escasas calles no ha de olvidarse que fue este pueblo fue el primero de Nueva Granada en declararse independiente de los españoles y que además de haber sido un puerto importante de escala para los barcos que llevaban mercancías desde la costa al interior del país y viceversa, de sus tierras también salieron soldados que lucharon junto a Bolívar para liberar a una parte de Venezuela del poder español. Así entre muros agrietados y algunas construcciones que hoy alardean de restauraciones que desatacan su belleza, Mompox, permanece aún desconectado del resto del país, guardado en sus entrañas un trozo de historia patria y miles de historias que salen a flote sobre las aguas del Río Magdalena, cuando la luz se va, se encienden las velas y aparecen los cantadores para entonar una cumbia o un porro.
¿Cómo llegar?
Aunque en la actualidad el puente más largo de Colombia se levanta sobre las aguas de la ciénaga y promete hacer que dentro de poco sea mucho más rápido y sencillo llegar, hay dos maneras de llegar desde Bogotá.
Ruta vieja: Vuelo Bogotá - Cartagena. En seguida es menester tomar un bus partiendo de la terminal de Cartagena rumbo a Magangue. Cuando se llega a Mangangue se toma una lancha rumbo a Bodega (Bolívar). Una vez en Bodega, se hace necesario tomar un taxi rumbo a Mompox. Este trayecto toma unas seis horas, es largo e implica moverse mucho con maletas y todo.
Ruta nueva: Vuelo Bogotá - Cartagena. En seguida es menester tomar un bus partiendo de la terminal de Cartagena rumbo a San Juan. Una vez en San Juan se toma otro bus que lo deja en Mompox. Este trayecto toma unas ocho horas.
Ruta privada: Vuelo Bogotá - Cartagena. Servicio privado de transporte puerta a puerta desde Cartagena a Mompox y Mompox-Cartagena.
¿Dónde quedarse?
Mompox es un lugar atestado de hospedajes e incluso sus gentes siempre están dispuestas a recibir al turista en su casa. No obtante hay tres recomendaciones de lujo.
Portal de la Marquesa: ubicado frente al Río Magadalena, este lugar no solo ofrece la mejor vista, sino también instalaciones coloniales que han permanecido fieles al paso del tiempo. La casona perteneció a la marquesa de Torrehoyos y se dice que incluso allí se alcanzo a alojar Simón Bolívar.
Hostal Doña Manuela: No cuenta con la vista al Río Magdalena, pero lo que lo hace un lugar excepcional es el árbol que se encuentra en su patio principal, pues tiene un tronco de más de cuatro metros de ancho. El hotel aún mantiene su aire colonial.
Bioma: Es otro de esos lugares encantadores y cómodos para el viajero. Sus instalaciones son modernas y se encuentra localizado en pleno centro del pueblo.
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